Francisca vivía una auténtica odisea en su casa. Su marido había sido un hombre trabajador, buena persona, habían sido una familia feliz. Pero con el tiempo los cantos de sirena de sus amigos le habían llevado por el mal camino. Bebía, no volvía algunas noches a casa y maltrataba a su mujer y a su hijo. Su marido había cogido estos malos caminos sobretodo por la influencia de un amigo suyo llamado Óscar, el cual era ruín y buscaba la desgracia de los demás. Francisca siempre le había dicho a su marido que se alejara de él, pero él no había hecho caso, hasta decía que "era su mentor, porque Óscar sabía disfrutar de la vida".
Francisca quería abandonar a su marido junto a su hijo, pero tenía miedo de que se vengara de ellos, no quería que le pasara nada al hijo, de hecho, se sentía estar entre Caribdis y Escila. Hasta que llegó la desgracia. Su marido se había ido de juerga junto a Óscar, y los dos muy borrachos, después de una noche agitada, se habían subido al volante. Un accidente los llevó al Hades cuando los dos cuando chocaron con un camión de gasolina. Cuando Francisca se enteró, ya era por la mañana. Sintió pena, pero un alivio inmenso.
-Hijo, nuestra pesadilla ha acabado. -le dijo a su niño. Y los dos empezaron una nueva vida.
Simina St. 3ºB.
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