Ganímedes era un joven de la realeza que no había llegado ni a la edad de la pubertad. Un día le dijo a su padre:
-Papá me voy a cazar.
-Vale hijo, no vuelvas tarde.
-Vale papá, adios!
Mientras, Zeus, estaba en su casa pensando.
-Estoy harto de salir con mujeres, quiero probar algo nuevo.
Entonces, recordó que alguien le dijo que conocía a un joven muy bello llamado Ganímedes, y fue a buscarlo.
Se transformó en águila y le agarró con sus garras.
-¡Suéltame! ¡Suéltame!
-Tranquilo que conmigo vas a estar a salvo.
Pasó el tiempo y Ganímedes se fue enamorando de Zeus.
-Gracias por haberme traido aquí, me has hecho muy feliz.
-De nada, siempre te cuidaré.
Adriana Gómez Verdoy 3ºD.
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