martes, 3 de mayo de 2011

A pesar de todo.


A pesar de todo.
Una tarde de verano, Andrea, había quedado con el chico que le gustaba, la verdad, es que llevaba intentándolo desde hace mucho tiempo, siempre le mandaba indirectas a pesar de que el chico no pillara ninguna. La noche anterior estuvieron hablando por el messenger y esta vez fue el el que le propuso ir juntos a tomar algo. Ella tiene 15 años y el 18, la verdad es que Andrea parecía de la misma edad que Ivan y hacían muy buena pareja. Andrea se emocionó mucho al ver que el chico le proponía quedar y estaba ansiosa por llamar a su amiga Marina para contárselo pero eran ya las 12:30 y le sabia mal llamar por si estaba durmiendo así que decidió esperar al día siguiente.
La mañana siguiente al levantarse desayuno y llamó a Marina, le contó lo que había pasado, su amiga se alegró un montón... Andrea le preguntó a Marina que ponerse de ropa, casi lo tenia pensado pero prefería escuchar lo que le aconsejaba su amiga. Marina le dijo que no se arreglara tampoco demasiado, que era su primera cita y que no se tenia que notar mucho que estaba loquita por el. Andrea le comentó que tenia pensado ponerse la camiseta roja con nos pantalones pitillos baqueros y unos tacones de aguja fina negros, Marina le dijo que estaba loca ya que a Andrea se le había roto un pie hace tan solo 7 meses y que ir en tacones era muy precipitado. Pero su amiga no le hico ni casi y con sus tacones alto y su bolso negro acudió a la cita de su amor. Antes de la cita estaba esperando en un banco impacienta y decidió llamar mientras a Andrea. Le contó que llevaba los tacones y Marina le dijo que estaba loca y que ella le advirtio que tubiera mucho cuidado.
Nada más colgar llego Ivan, muy arregladito, aunque tampoco demasiado. Se dirigieron ha comprar las entradas, y el chico decidió pagar. Primero, como la película empezaba en 1 hora y media fueron a dar una vuelta, todo iba como lo esperado, se reían, tonteaban, chalaban y de repente ¡¡ZAS!! A la joven se le rompió todo el tacón, ¡DIOS! que vergüenza pasó, al igual que Ícaro, por cabezota estaba pasando la mayor bergüenza de su vida... Por suerte el chico se rió y le acompaño a cambiarse los zapatos, esta vez no se puso tacones y la cita siguió de lujo y terminó con un beso y un momento para recordar siempre.
Att: Andrea Molina

1 comentario:

  1. Se me ha colado una falta, en vez de bergüenza es vergüenza

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