miércoles, 4 de mayo de 2011

Aquí tienes la actividad de Ícaro, justo en el día de entrega :D jajaja

Tan alto volé...

Día a día me consumía,como a un cigarrillo más de su paquete.
Hacía conmigo lo que quería, jugaba conmigo como con un juguete más de su armario, y cuando yo me cansaba de sus tácticas, me decía una y otra vez al oído que me quería como a nada,entonces, yo, a continuación volvía a caer en el mismo bucle sin salida.
[...]
Todo empezó hace dos años, esa tarde de Marzo, en la que por mi cumpleaños empezaron a llegar regalos muy caros a mi casa, con cartas anónimas de amor.
En las que ponía de todo menos lo esperable.
Aquel chico estaba realmente obsesionado con quedar con migo de nuevo.
Sus ojos negros día sí y día también me miraban de arriba abajo como si fuera algo comestible.
Tenía tres años más que yo, había repetido varias veces, se drogaba, era extraño, pero a la vez me tenía completamente enamorada.
Siempre pensé que si le ignoraba en un par de días me habría olvidado, pues yo podría ser muy pequeña y confundir las cosas, pero lo que era inconfundible es que aquel muchacho y yo no teníamos nada de futuro, pues éramos dos seres completamente distintos.
Pero, como de costumbre, me equivoqué.
El niño de ojitos negros empezó a venir a buscarme todas las tardes a la salida del instituto con la bici, yo siempre le rechazaba, ponía cualquier excusa barata por medio, y me fugaba corriendo hasta llegar al autobús, donde a través del cristal le miraba con mirada triste, impotente, enamorada.
Pasaron dos meses, y aquel muchacho seguía allí, tan enamorado de mi como el primer día.
Después de pensarlo mucho, llegué a la conclusión de que lo único que podía hacer era quedar con él, y por lo menos demostrarle que no le tenía miedo, a pesar de todo lo que me habían contado.
Así que esa tarde salí muy decidida del instituto, con ganas de comerme el mundo.
Monté en su bicicleta y le pedí que me llevara a algún lugar especial para él.
Sus ojos brillantes y sus dientes blancos como la luna llena de verano me hacían caer cada vez más cerca de sus labios, casi inconscientemente.
Una vez bajé del sillín a tierra y me destapé los ojos, al ver aquel lugar, pude comprobar que por muy cierto que fuera todo lo que me habían contado de aquel muchacho, lo que era indudable es que tenía un corazón que no le cabía en el pecho.
Como todos, él también tenía una historia que contar, una justificación a todo lo malo que había hecho.
Nunca sabré si todo lo que me contó pasó de verdad, pero yo como una idiota me lo creí.
También creí en él, en que no volvería a drogarse,creí cada palabra que me prometió.
Como un veneno que recorría mis venas fui tragando mentiras,durante meses.
A la vez que iba tragando mentiras mentía a todas horas a mis padres para poder salir de casa, para poder verle, aunque fueran 5 minutos.
Cada día necesitaba más su presencia, sin él mi existencia era nula, cada frase que me decía, cada beso, cada noche de estrellas, cada Te amo, era realmente especial para mí.
Creí volar como Ícaro al conocerle, al creer que era capaz de dejarlo todo por mi.
Juré que podía hacerlo cada vez que me besaba y me susurraba cosas indesvelables.
Pero tan alto volé que aquella tarde, después de haber discutido con él me choqué fuertemente con la cruda realidad.
Yo iba caminando tranquilamente por las calles de Madrid, cuando le ví allí sentado, en aquel parque, donde sólo iba la gente que se drogaba a todas horas.
Sí, lo recuerdo y lo recordaré siempre.
Estaba sentado al lado de Diego, fumando y esnifando todo lo que le daban, y era plenamente consciente de que yo lo estaba viendo todo.
Cuando dí media vuelta y me fui corriendo de aquel lugar, como niña desamparada que no encuentra su sitio, vino corriendo detrás de mi, y en su último suspiro, antes de morir por sobredósis, me dijo , con su voz ténue y seductora...

+Lara, hice todo por cambiar, por poder cambiar mi mundo, hice todo por dejar las drogas, por dejar las compañías.
Todo lo dí, mientras tu casi no valorabas nada.
Siempre pensé que me utilizabas para olvidar a alguien, día a día creí que esto no era más que un juego para ti.
Pero después de la discusión de esta tarde, ya no podía más, debía hacerlo, todo quedó tan claro en mi mente...
llenarme el cuerpo de esta mierda... no es la solución, lo sé.
Pero a veces los arrebatos se pagan caros, ya no más dolores de cabeza por mi culpa, ya no más desilusiones...por...

En ese momento cayó en mis brazos, mis lágrimas se desvanecieron por su piel, hasta alcanzar una desesperación increíble.
Mi voz se gastó, pidiendo ayuda a toda costa, pero nada pudo traerle de nuevo a la vida.


...Me sentía muerto, sí, podía sentirlo.
Rabia,dolor,resentimiento.. todos los sentimientos que me acompañaron desde que era un niño, dejé de sentirlos al instante.
Poder, fama... los niños me temían, a las chicas enamoraba.
Siempre huí de los compromisos, hasta que la conocí a ella, sí.
Quien me cambió la vida, quién me hizo vivir los últimos meses que me quedaban como nadie lo hubiera hecho.
El cáncer pudo conmigo, finalmente.
Ya no podía verme así, no podía mentirle más, diciéndole que todo estaba bien.
Decidí que pensara que había muerto por idiota, antes de que lamentara toda la vida el haber podido aprovechar mejor el tiempo dentro de mi mentira.
Pues el tiempo con ella era perfecto, es más, para mi ella, era perfecta.
Si este es el precio que he tenido que pagar por haberla amado, no hay nada en toda mi vida que me haya salido más barato.
Pues nada habría cambiado por una noche de estrellas a su lado.
Sólo quiero quedarme así, para siempre, entre sus brazos.

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