En la antigua Grecia se pescaba cogiendo piedras para hundirse, y una vez alcanzada la profundidad deseada, las soltaban para luego pescar ostras.
Un día, estaba un niño pescando con su padre y vio una perla muy bonita en una zona muy profunda del mar. El niño cogió muchas piedras para llegar muy hondo y poder coger la perla, aun a pesar de que su padre le decía que no lo hiciera porque podría morirse.
El niño no hizo caso a su padre y se hundió con todas las piedras, alcanzó la perla y al intentar volver a salir a la superficie murió por no hacer la descompresión correcta.
por: Ignacio Segarra
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