Las semejanzas entre las fiestas griegas y romanas y las de San Antoni podrían ser que la asistencia era pública. También se interrumpían los comercios, al igual que se suele hacer hoy en la mayoría de tiendas de Benicásim. Las fiestas tenían normalmente un carácter religioso, al igual que San Antoni es una fiesta obviamente religiosa, ya que se celebra un santo. Se organizaban procesiones, al igual que ahora.
Diferencias podrían ser por ejemplo las máscaras que ellos llevaban, ya que nosotros no llevamos máscaras el día del santo. También hacían sacrificios, algo que es impensable en nuestros días. Había fiestas exclusivamente para las mujeres, en las que hacían cosas variadas, desde flagelarse hasta enterrar figurillas o absenerse de comer durante días.
La conclusión es que se conservan muchas costumbres de entonces, pero se han eliminado las prácticas más violentas o simplemente extrañas para la gente actual.
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